1 de mayo de 2015

¿Fumas mientras conduces?

Si eres fumador y conductor, nos gustaría que te pararas a reflexionar acerca de si fumar en el coche merece realmente la pena, y a considerar los problemas y riesgos que esta acción puede tener mientras conduces.
Conste que cada cual tiene derecho a fumar si quiere, siempre que no afecte a los demás, y que dentro de tu coche tienes derecho a hacer lo que quieras, como fumarte un cigarrillo, tener cinco ambientadores de pino o llevar fundas de leopardo en los asientos.


El tabaco es una distracción

En general, la acción de fumar suele distraer más de lo que a priori puede parecer (depende de cada persona, claro).
Si la principal causa de accidentes de tráfico es el factor humano (y las distracciones una de las principales), debemos recordar la importancia de conducir concentrado, mirando a la carretera, con las dos manos libres, dedicadas a manejar el coche, y sin distraernos con el teléfono ni con ningún otro dispositivo.
Hay una frase que resume muy bien esto: mantener los ojos en la carretera y las manos en el volante.
Cuando fumas en el coche piensa en esos instantes en los que buscas la cajetilla del tabaco, sacas un cigarro, buscas el encendedor, lo enciendes… Si apartas la mirada de la carretera, piensa que en un segundo que no estás mirando hacia delante, por ejemplo en autopista a 120 km/h, tu coche ha avanzado 33,3 m sin que tú te hayas dado ni cuenta.
Piensa también que durante los minutos que dura el cigarrillo vas a tener una mano ocupada con algo que no te va a permitir controlar de la misma manera el volante, los intermitentes, el cambio… Nada debería molestarnos, pues necesitamos soltura y seguridad de movimientos mientras conducimos.
Además el cigarrillo te puede jugar una mala pasada, si por ejemplo intentando desenvolverte con los mandos del coche se te cae, te quema y te asustas, teniendo una reacción que puede desestabilizar el coche o hacer que dejes de mirar a la carretera.
Hay otros inconvenientes que pueden afectar a tu capacidad de conducción de manera indirecta: el tabaco suele acelerar la deshidratación de nuestro cuerpo (lo que disminuye la capacidad de atención y la velocidad de reacción de nuestro cerebro) y además el humo que se concentra dentro del habitáculo puede irritarte los ojos, y estos, más cansados, pierden capacidad visual temporalmente, como esos días que el agotamiento te puede, con peor visión hacia la lejanía.

No tires la colilla por la ventanilla

Si fumas en tu coche recuerda también que nunca debes tirar la colilla por la ventanilla.
No sólo supone una infracción, sino también una falta de civismo, que conlleva un importante riesgo de incendio, si por ejemplo lo haces en la carretera.

No fumes si vas con niños

Reflexiona también, si además de fumador y conductor eres padre.
Si vas en el coche con tus hijos, piensa que es un espacio muy pequeño y cerrado, donde se concentra el humo.
El tabaco que tú fumas como adulto no debería afectar a los niños, que son muy sensibles a su humo, agente que está comprobado que causa múltiples problemas a su salud, a sus pulmones sobre todo: menor capacidad pulmonar, más fatiga, tos crónica, asma, alergias…
Algunos estudios estiman que el riesgo de padecer cáncer de pulmón de adulto se multiplica hasta por cuatro si de niño se ha estado expuesto al humo del tabaco.

En definitiva, nuestro consejo es que si fumas, mejor intentes no hacerlo mientras conduces, y esperes a llegar a tu destino o bien a cuando realices una parada en el viaje para estirar las piernas y descansar unos minutos.