A continuación reproducimos un fragmento de un artículo publicado por Luis M. Xumini en la web del Foro de Seguridad Vial de la Fundación CENATTEV (Centro Argentino de Transferencia de Tecnología Vial), titulado ¿Ceda el Paso ó Stop? Fundamentos de elección conforme a la adecuación funcional, donde nos habla de los "poderes mágicos" que atribuimos a la señal R-2 de STOP o "detención obligatoria".
¿Ceda el Paso o Stop? Es el dilema al que se enfrentan ingenieros, policías y todo aquel que tiene que colocar una señal que regule la preferencia de paso en un cruce, intersección o acceso.
La respuesta no es tan inocua como pudiera parecer a simple vista, pues el colocar una u otra señal tiene trascendencia en varios aspectos del tráfico, veamos:
La respuesta no es tan inocua como pudiera parecer a simple vista, pues el colocar una u otra señal tiene trascendencia en varios aspectos del tráfico, veamos:
- Economía. El Ceda el Paso sólo obliga a detenerse en caso de que no se pueda continuar la marcha, mientras que el Stop siempre obliga a detenerse por completo, lo que comporta un mayor gasto de combustible y desgaste de las piezas de los vehículos por las repetidas secuencias de parada y arranque en el sistema, lo que conlleva un mayor coste económico y un mayor consumo de recursos naturales. El Ceda el Paso es más barato.
- Medio Ambiente. El hecho de que el Stop comporte un mayor gasto de combustible y de piezas de los vehículos por las repetidas secuencias de parada y arranque en el sistema, produce como efecto secundario mayor contaminación, tanto por los gases del combustible como por la mayor cantidad de residuos de las piezas a sustituir en lo vehículos. El Ceda el Paso es el menos contaminante.
- Fluidez. El Ceda el Paso sólo obliga a detenerse en caso de que no se pueda continuar la marcha, mientras que el Stop siempre obliga a detenerse por completo, o lo que es lo mismo, el Ceda el Paso sólo corta el movimiento en el sistema cuando es necesario y el Stop lo corta siempre. Teniendo en cuenta que la forma elemental de conseguir fluidez es evitar detener el movimiento lo máximo posible, el Ceda el Paso proporciona más fluidez.
En los tres aspectos expuestos la
ventaja del Ceda el Paso es evidente, luego por economía, fluidez y limpieza
del ambiente el Stop no debe utilizarse por los efectos negativos que provoca.
Queda por despejar la cuestión de
la seguridad funcional del sistema o seguridad vial, puesto que es la única que
puede justificar el empleo del Stop.
Atendiendo a la función que
tienen que cumplir esas señales en el funcionamiento del sistema, en ambas es
la misma: advertir de la existencia de un cruce, intersección o acceso en el
que no se tiene preferencia de paso y la obligación de que hay que cederlo a los
otros vehículos. Por lo que desde la perspectiva funcional no se aprecia
ninguna cualidad que las diferencie salvo una obligación en la instrucción.
Y en ese aspecto se aprecian
ventajas para la seguridad funcional en la instrucción del Ceda el Paso, porque
el tiempo de permanencia total en la zona de conflicto es siempre mayor con el
Stop que con el Ceda el Paso, que sólo se iguala con aquel cuando necesariamente
hay que detenerse por completo, dado que cuando no es así se parte con una
velocidad mayor a 0, mientras que en el Stop siempre hay que partir de 0 K/h.
Desde la perspectiva legal, la instrucción del Stop impone una obligación de
acción, detenerse siempre, mientras que el Ceda el Paso deja la acción de
detenerse a las necesidades del funcionamiento del sistema, pero hay que tener
presente que la seguridad funcional del tráfico o seguridad vial no es una
cuestión de acciones legales, sino de acciones funcionales necesarias para su
correcto funcionamiento material.
Y al acercarse a una intersección,
cruce o acceso, la necesidad funcional de la detención total depende de que existan las condiciones
de percepción de la distancia de visibilidad necesaria, para que el conductor
decida si continua o se detiene ante la presencia de un vehículo en la vía
principal. Por lo que tan sólo existe un caso en el que la seguridad funcional
aparentemente aconsejaría colocar el Stop, y son aquellas situaciones que por el
diseño de la vía, obstáculos, edificaciones, vegetación, vehículos
estacionados, etc., el punto de percepción de la distancia de visibilidad
necesaria, sea tan crítico que no pueda asegurarse sobre la marcha con tiempo
para detenerse si viene algún vehículo por la otra vía.
Pero en la práctica ello tampoco
se termina de mostrar como necesario para el buen funcionamiento del sistema,
dado que en las ciudades en cruces e intersecciones con el punto de visibilidad
crítico, se señaliza habitualmente con Ceda el Paso, y sin embargo, los
conductores se detienen completamente. Y ello es porque lo que determina
realmente esa detención en el funcionamiento material del sistema no es la
obligación legal de detenerse, sino la falta de percepción de la distancia de
visibilidad necesaria para poder decidir si continua la marcha o no. Y ante la
imposibilidad de decidir, se impone la acción lógica y necesaria, la detención,
acción que ejecutan los conductores con la señal de Ceda el Paso -y sin ella- a
menos que tengan problemas con la percepción de la propia intersección o de la
señal, con la velocidad de aproximación, con la fuerza de fricción, con los
mecanismos del vehículo, con errores inducidos por la ordenación anterior,
despistes y malas condiciones psicofísicas o problemas estrictos de
comportamiento. Problemas todos ellos que se manifestarán de igual forma con el
Stop, ya que no se pueden solucionar usando una u otra señal, porque sus causas
no tienen relación con el hecho de cual de ellas sea.
Y es cuestión distinta el que se
detengan ante la falta de visibilidad con el hecho de tener un accidente al
reiniciar la marcha, porque sus causas no tiene relación posible con el hecho
de que exista señal o de cual sea ésta, puesto que ya se produjo la detención como
debía hacerse.
Hay que precisar que el empleo
del Stop como solución a deficiencias en la distancia de visibilidad necesaria es inútil, la señal
nunca las puede solucionar dado que es una cuestión de seguridad distinta que
exige solución propia y que no es ahora momento de exponer.
Y se hace esta matización porque
una de las causas del empleo masivo del Stop, es una creencia que pertenece a
la mitología del tráfico -que también existe- y que otorga "poderes mágicos" a
esa señal: el poder de solucionar defectos en la distancia de visibilidad necesaria,
y el de salvaguardar las responsabilidades del titular de la vía.
Tal creencia o mitología no es
más que el resultado de contemplar el tráfico con perspectiva legalista a la
vez que reducida e irreal, creyendo -puro mito- que el funcionamiento del
sistema es una cuestión de cumplir normas jurídicas, y es desde esa perspectiva
mitológica desde donde parece que hay quien argumenta que la obligación del
Stop salvaguarda otras responsabilidades al derivarlas sobre el usuario.
Argumentación que es de tal
candor que se tarda en desmontarla -lógica, jurídica y técnicamente- lo que
dura un caramelo en la puerta de un colegio.
Lo que salvaguarda las
responsabilidades es señalizar, proyectar, construir y mantener conforme a las
condiciones funcionales necesarias, porque es lo que proporciona la seguridad
funcional del sistema de la que depende la seguridad de las personas, lo demás
pertenece al ámbito mitológico, a la creencia de que todo depende de falsos dioses,
que en este caso son las normas jurídicas que regulan el uso del tráfico, pero
los sistemas materiales no se controlan ni con creencias ni con mitos, sino con
lógica.
El empleo masivo del Stop,
colocándolos cuando no existe justificación funcional para hacerlo, además de
los evidentes efectos adversos en la economía, la fluidez y el ambiente, y los
efectos negativos para la seguridad según circunstancias, momento y lugar,
también provoca que los usuarios no los respeten, actuando como si fuesen Ceda el
Paso, puesto que no ven la necesidad funcional de esa parada obligatoria,
porque realmente no existe cuando se dan las condiciones materiales necesarias
para no efectuar la detención. Lo que provoca otro efecto secundario adverso,
un claro aumento de infracciones y sanciones de difícil justificación lógica
para la seguridad funcional del sistema, aunque pueda serlo desde la
perspectiva legal. Pero es ésta la que debe ajustarse a aquella y no lo
contrario, porque nunca deben imponerse legalidades teóricas sobre las
funciones y el funcionamiento empírico de un sistema material, porque se pueden
crear disfunciones que causan la muerte, esto es, que por irracional es una temeridad.
En conclusión, de mantenerse las
actuales condiciones en su instrucción, el empleo del Stop debe restringirse al
máximo y sólo para remarcar una intersección o cruce con el punto de percepción
crítico.